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Los conflictos, en todos los ámbitos, suelen generar un estado de incomodidad generalizada. Y, si bien nos incomoda pensar en los que nos afectan a nosotros, nos deleita el comentar los conflictos ajenos.

Los rehuimos pero también nos atraen. Lo que está claro es que ejercen una influencia poderosa dentro de nuestra vida.

Es una influencia que nos arrastra y nos desequilibra; una fuerza de la que no podemos escapar, pero con una potencia y potencial que aún tenemos que descubrir.

Tenemos dos opciones: o abandonarnos a merced del huracán del conflicto, o bien posicionarnos de manera que podamos aprovechar conscientemente su fuerza.

Y es que, Si, el Lado Oscuro encierra una fuerza poderosa y que podemos gestionar a nuestro favor. Porque la Fuerza, independientemente del lado, tiene mucho poder; sólo tenemos que saber utilizarla.

Pero para ello, tenemos que prepararnos, entrenarnos y desarrollar nuestras habilidades como Jedis.

Cómo aprovechar la Fuerza de los conflictos:

Mirarlo de frente: para poder sacar provecho del conflicto, hay que encontrar el diamante en el carbón. Si sabemos que hay algo bueno en cada conflicto, tenemos que atrevernos a buscarlo.. aunque no vaya a ser fácil.
Descubrir el denominador común: ¿hay algo en mis conflictos que se repite? ¿tengo los conflictos con un tipo de persona determinada?, ¿o alguna situación concreta?.

Identificar y reconocer el gatillo: ¿qué es lo que exactamente me hace estar en conflicto? ¿qué sentimiento me genera?, ¿me siento atacado? ¿impotente? ¿ninguneado?
Incrementar mi fortaleza: el conflicto siempre te va a señalar la parte que necesitas fortalecer. Es tu responsabilidad trabajar en ella.

Afrontarlo de nuevo: con mi nueva fortaleza, la sensación de conflicto se habrá mitigado y nuestra capacidad de gestionarlos se habrá amplificado.

Para afrontar cada una de las fases existen herramientas y rutinas sólidas de entrenamiento.

El conflicto es nuestro gran Maestro y nuestro “Sparring”. Nos da las claves para gestionar mejor nuestra vida y nos entrena para ello. Si estamos dispuestos a descubrir la fuerza que tienen y estar dispuestos a recogerla, es una elección personal. Nadie dijo que fuese fácil, pero merece la pena.

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