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El éxito más allá del éxito

Anoche estaba hablando con mi hija, 20 años, estudiante universitaria, época de exámenes, época de nervios y época de inseguridad sobre los resultados.

Este hecho tan simple y tan cotidiano, me trajo a la mente lo que vivimos en el mundo de las organizaciones, el estrés y la ansiedad que provoca el conseguir los resultados que nos marcan o marcamos a otros y, como me decía mi hija, el sentimiento de que si no se consiguen, “habremos fracasado”.

Entiendo y comprendo muy bien lo que quiere decir, pero yo, como madre, y observando de forma objetiva a mi hija veo que está actuando con esfuerzo, dedicación, planificación y sacrificio y me duele ver, que para ella, un 4.9 o un 5.1 marquen la diferencia entre estar tranquila o sentirse un fracaso.

Y eso me ha hecho pensar, ¿qué significado le damos al éxito y al fracaso? y qué implicaciones tiene en nuestras vidas.

Si el significado lo asociamos únicamente a conseguir un resultado, en el caso de que no lo consigamos, estamos poniendo en juego nuestra estabilidad emocional, nuestro concepto de nosotros mismos, nuestra autoestima.

Y …. si no lo asociamos a la consecución del resultado y nos “conformamos” con haberlo intentado, ¿no caeríamos en la mediocridad y en la incapacidad para conseguir los retos y desafíos que nos proponemos? ¿No nos traería ese conformismo un estancamiento en todos los sentidos? ¡Qué dilema!

Fred Koffman en su enfoque sobre Empresa y Liderazgo Consciente (Cómo generar valor económico a través de valores éticos) trabaja con el principio del “éxito más allá del éxito”, y es un enfoque que nos puede acercar a resolverlo.

Para entender qué significa el éxito más allá del éxito nos aproximamos al significado de la palabra integridad. La integridad significa vivir y actuar de acuerdo a valores y eso es lo que nos sostiene ante los reveses personales y profesionales que nos trae la vida.

Reflexionemos un momento, si todas las variables que depende de mi, las considero y actúo con total responsabilidad sobre ellas, eso ¿implicaría de forma automática que voy a conseguir los resultados esperados?  ¿no ocurre que en algunos casos y pese a ello, no lo consigo?

Lo que puede garantizar en ese caso nuestra estabilidad emocional y la sensación de paz es el hecho de haber actuado con total responsabilidad y con integridad de forma consciente.

Volviendo al tema de mi hija, tras nuestra conversación, se fue a dormir sabiendo que lo que va a ayudarla a sentirse en paz consigo misma ahora y en el futuro es dar siempre lo mejor de ella actuando de forma coherente e incondicional con sus valores.

Y para esclarecer un poco más el dilema, pienso que para evitar la mediocridad tanto en los resultados como en la forma de conseguirlos, la palabra clave es la Excelencia, si la aplicamos de forma individual y en colaboración con los demás, nos garantizará, en la mayoría de las ocasiones, el conseguir nuestros objetivos y metas.

Lo que para mí está claro es que el éxito sin excelencia no es sostenible y nos lleva a un callejón sin salida ético.

Por qué…¿de qué les serviría a nuestro hijos, a su futuro como profesionales, a la familia que formen y a la sociedad en la que viven, que llegaran a pensar que éxito es sacar un 8 aunque sea, por ejemplo, copiando?

Autor: María Sánchez Galdó

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